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«No crecen en tu vientre, crecen en tu corazón»

Por Marisa Prina

Adopción es un tema del que no se habla mucho, aún hoy, hay cierto reparo. Pero quisimos traerlo a este portal, a horas de celebrar el Día de la Madre, de la mano de Sandra Vilche, una mamá del corazón que, junto con Claudio, su esposo se convirtieron en los papás de Alexis y Gianella.

Sandra relata cómo fue el proceso de adopción

“Siempre quise ser madre, siempre dije que sola o con pareja, sería una mamá del corazón. Un día, después de hablarlo, con Claudio, mi marido, decidimos adoptar. Nos inscribimos en el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (RUAGA).

La decisión

Como casi todos, nos anotamos para ser padres de niños entre 0 y tres años, así esperamos unos 6 años, cada dos actualizábamos los datos de las planillas. En el 2017 incorporaron más personal en el RUAGA (asistentes sociales, psicólogos) e hicieron un relevamiento total de todos quienes estábamos anotados, nunca se había hecho hasta ese momento. A nosotros también nos llegó el turno y fuimos evaluados tres veces.

Un  día, charlando con Gaby y Claudio, nuestros amigos, vimos la posibilidad de extender la edad y lo hicimos. Volvimos al RUAGA y solicitamos la adopción de un niño entre 0 y siete años y de esa manera quedamos dentro de un porcentaje mínimo de adoptantes de niños más grandes. A los pocos meses, el 2 de marzo de 2018, recibimos un llamado donde nos informaban que debíamos presentarnos el 4 de marzo. Era imposible porque mi marido estaba trabajando en El Salvador, Centroamérica. Entonces nos cambiaron la fecha para el 8 de marzo. Estuve casi una semana sin dormir, pensando.

Cuando llegó el día, fuimos los dos y personal del RUAGA nos propone ser papás de dos hermanitos de 5 y 7 años, Gianella y Alexis. Con ese único dato de los niños, los dos aceptamos inmediatamente.

El 19 de marzo, fiesta de San José (papá adoptivo de Jesús y Patrono de la familia, a quien le habíamos rezado tanto pidiéndole ese momento) nos convocaron nuevamente y la Jueza nos preguntó qué sentíamos ser los papás de Gianella y Alexis. Fue un momento inolvidable, solamente me salía decir gracias, gracias, gracias…De ahí fuimos a una Capilla donde se encuentra San José.  Queríamos agradecerle y, frente a la imagen, no parábamos de llorar.

 El primer encuentro

Íbamos a conocernos para Pascua, pero los chicos, que sabían de nosotros tan poquitas cosas como nosotros de ellos, pidieron conocernos antes. Ni ellos ni nosotros teníamos fotos para conocernos anticipadamente. Y así fue. Porque ellos también debían decidir si nos aceptaban o no.

Nos encontramos en una placita, cerca del RUAGA . Nunca voy a olvidar ese momento, Alexis se acercó y lo abrazó tan fuerte a Claudio; Gianella hizo lo mismo conmigo. Como si hubiésemos sido una familia de sangre desde siempre… Mientras compartíamos ese momento éramos evaluados. Así nos empezamos a encontrar los fines de semana y durante la semana. Siempre era en lugares al aire libre y siempre evaluados por el personal. Esos días de espera para volver a vernos eran “eternos”, no llegaban nunca…

 El día que llegaron a “su casa”

El 17 de mayo, llegaron los niños a nuestra casa, ya para quedarse. Pero seguíamos siendo evaluados. Conocieron el Colegio, a su seño y sus amiguitos y al día siguiente comenzaron con las clases. A nuestras familias ya las conocían de visitas anteriores.

Recuerdo que era el mes de julio cuando fuimos citados nuevamente, y ahí, después de tantas y tantas evaluaciones, tantos y tantos papeles que completar y presentar, después de tanta felicidad demostrada por los cuatro, de mil maneras, la Jueza nos dio la adopción plena. Tendrían los mismos derechos y obligaciones de todo hijo e hija y llevarían nuestro apellido desde ese momento.

 El primer Día de la Madre

Mi primer Día de la Madre fue el día más feliz del mundo, lloré todo ese día y durante una semana, con Claudio de cómplice me prepararon mil cosas. Lo que soñé toda la vida era una realidad y más…Cada momento que vivimos juntos queda impregnado, cada momento es una celebración para nosotros.

Yo quiero decirles a quienes deseen adoptar y buscan bebés o niños pequeños que se saquen los miedos, si tienen el deseo de tener hijos y formar una familia, no importa la edad de los niños para adoptarlos. No es solamente mamá la que los lleva en su vientre. Podemos ser mamá de cualquier manera. Fue lo más lindo que me pasó en la vida, no me canso de decirlo, fue mucho más de lo que imaginé y soñé. Soy una mamá feliz, muy orgullosa de mis hijos; siempre recé mucho y hoy sigo haciéndolo como agradecimiento. Nos cambió la vida a nosotros y a ellos. Somos felices. “No es la sangre sino el corazón lo que nos hace madre  e hijo, lo que nos hace familia”, finalizó su testimonio Sandra.

Un poco de historia

En Argentina, la elección del tercer domingo de octubre se debe a la declaración del Papa Pío XI, quien en 1931 proclamó el 11 de octubre como el Día de la Divina Maternidad de María y, de esta forma, establece que María es la madre de Dios, basándose en el catolicismo

Luego de este acontecimiento, al existir una gran tradición católica en Argentina, se decidió que el domingo anterior o posterior a esa fecha se festeja el Día de la Madre. Al correr los años, se definió que el tercer domingo de octubre sea la fecha oficial. Por lo que este año, se festeja el domingo 16 de octubre.

 

 

 

 

 

 

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