Ana Maria Escobar de Meurzet, comenzó hace 50 años, a realizar estas obras. «Empezamos con mi marido hace 52 años, fuimos a Córdoba al dique y allí había un artesano, volvimos entusiasmados y arrancamos nosotros a realizar ese trabajo».
«Experimentamos por qué ninguno teníamos conocimiento de esta técnica, mi marido trabajaba en La Liguria (ex fabrica de cristal) y yo en Lheritier».
Ana Maria hizo como su primera pieza un pez, de diferentes tamaños, pero lo que mejor le sale son los perritos. «Yo hago unos 20 modelos».
«Trabajábamos para casas de souvenir, en esa época se usaba el cristal de souvenirs, como regalo, pero después cuando entró lo importado, lo chino, dejamos de hacerlos».
Al tiempo, Ana y su marido comenzaron nuevamente el oficio, iban las ferias y allí comercializaban el producto. «Nosotros compramos las barras de cristal en Cristalería San Carlos o cristal roto, para confeccionar las piezas».
Como toda obra artesanal es única e irrepetible, trabajan con un soplete que esta fijo y van maniobrando la barra de cristal hasta realizar la miniatura.
Ana actualmente arranca la jornada laboral a las 7hs. pero recuerda cuando comenzaban a las 4 30hs y llego a realizar en otros tiempos 100 piezas.
Mayormente se vende la producción a los estudiantes que vienen d conocer San Carlos y habla del orgullo que siente por que sus hijos también saben realizar el oficio.
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