TRANSMISIÓN EN VIVO

Carta abierta de una mamá

Sres dirigentes de clubes:

Ante la situación que vivió mi hija y que vivimos como familia con niños deportistas, quiero pedirles con todo respeto, que se preste atención y se trabajen las relaciones entre los niños con sus pares y con los profesores.

Muchas veces se minimizan situaciones que no parecen ser más que simples dichos o palabras cotidianas, pero que en realidad no todos lo toman como tal. Cuando un niño o un adolescente no esta acostumbrado a gritos, miradas desafiantes, palabras agresivas, les afecta seriamente y, aunque ustedes no vean las consecuencias, son difícil de revertirlas y lleva su tiempo. Entre todas, puedo mencionar algunas con conocimiento de causa: baja autoestima, disminución del rendimiento deportivo y escolar, dificultad para entablar relaciones con sus pares, pérdida de confianza en uno mismo, así como también al club.

Tal vez para ustedes es un simple número, pero para ese niño/a o adolescente, ese club es su segunda casa, es donde se siente contenido y cuidado. Así es como lo sentía mi hija, hasta el momento en que de diferentes maneras la invitaron a retirarse porque, según compañeras, no servía para el deporte que hace mas de 10 años practica.

Tal vez también como mamá he fallado, por insistir e inculcar el amor a los colores. Por eso les pido a los papás que estén leyendo esta carta, que sólo sean fan de sus hijos porque los clubes siempre van a existir y los colores seguirán intactos. Y somos las personas quienes representamos esas instituciones, a veces bien a veces no tanto,  pero siempre se espera lo mejor de estos lugares, que cumplen con una función social importantísima. El club esta mas allá de una competencia, está formando a niños y jóvenes, formando en valores como la responsabilidad, el respeto, la solidaridad, la empatia, el trabajo en equipo, entre muchos otros.

Como familia actuamos de inmediato después de cada situación vivida por nuestra hija esperando respuestas que no llegaron cuando debían, que aparecieron tras la insistencia en el pedido de soluciones.  Pero como consecuencias de esta inoperancia solo se logró el objetivo de esa invitación dada en un momento: abandonar el club.

Quiero insistir en que se traten los problemas entre niños, adolescentes y sus pares con la importancia y el tiempo que se merece, que no se minimicen las palabras ni las situaciones, que trabajen con los grupos para que los resultados sean positivos en todos los sentidos, que implementen protocolos de intervención ante casos de violencia y/o bullying.

Tal vez, en teoría, lo tienen presente, pero trabajarlo es diferente, es comprometerse con el tema seriamente como adultos responsables, generando conciencia en los chicos, porque como bien se dice comienza siendo un juego, un chiste, una forma, pero al final lastima mucho.

Firma: Gisela Saucedo / DNI: 30828315

(Imagen ilustrativa)

 

 

 

boton de whatsapp