Por Marisa Prina
Estudió la Tecnicatura en Óptica. Se recibió en el año 2010, pero ya antes trabajaba con Juan Carlos “Carozo” Blanc, su papá. De chiquito estaba todo el día con él. Se crió mirando y preguntando en ese lugar emblemático de San Martín y Juan M. Lheritier. Fue la primera óptica que se radicó en San Carlos Centro. Hoy cumple 50 años de vida comercial: abrió sus puertas en un caluroso diciembre de 1972. Debido a este aniversario y a la celebración de Santa Lucía, patrona de la vista y de los profesionales de la salud visual, el entrevistado es Juan Carlos Blanc “Jr.”, quien hace alusión a que siguió esa carrera por el amor a la profesión que le transmitió su papá.
«Mi papá me contagió lo que sentía por su trabajo. Eso me llevó a decidir mi futuro profesional. Soy Técnico Óptico con especialidad en Contactología. Estoy capacitado para recibir del paciente la receta, saber interpretarla y ofrecer lo mejor para las distintas anomalías refractivas que se presentan. El contactólogo se encarga de todo lo que es atención de lentes de contacto.
La óptica nació en diciembre de 1972. Siempre estuvo en el mismo lugar. Mi papá me contaba que Don Ángel Contigiani estaba casado con una hermana de mi abuela, “Puchi” Gullino. Tenía una farmacia y eran las farmacias las que se encargaban de armar los anteojos recetados porque no había ópticas. Esto motivó a mi papá a enfocarse en esa profesión y abrir un lugar adecuado.
La carrera contempla varias ramas, entre ellas, la fotografía. Mi papá hacía fotografía y vendía cámaras fotográficas, Súper 8, mandaba a revelar las fotos, puso una fotocopiadora…
Si bien me crié en la óptica, ya recibido, no fue mucho el tiempo que pude trabajar con “Carozo”. En 2013 sufrió un ACV y empezó a despedirse del lugar. Pero ese poco tiempo traté de aprovecharlo al máximo y aprender todo lo que pudo enseñarme.
Mi profesión también contempla la contactología, pero no lo hago. Esa rama es muy costosa para desarrollarla, la aparatología está cotizada en dólares, necesitaría un gabinete contactológico y bastante tiempo para los test y entrevistas con los pacientes, también debería sumar a otra persona capacitada.
Como la óptica también considera la venta de anteojos para sol y accesorios, la gente exige estar a la moda, que por suerte es muy amplia y variada. Con muchos colores, formatos, distintos modelos, desde un anteojo cuadrado, plano y amplio hasta uno chiquito y redondo estilo John Lennon. La moda hoy es muy abarcativa y ya se terminaron los prejuicios. Les he vendido a muchachos anteojos espejados rosados o rojos. Eso es muy bueno. En cuanto a los recetados, hay personas que durante años y años usan los mismos marcos, con algunas reparaciones cada tanto, otros prefieren cambiarlos o rotarlos periódicamente, porque ahí también la moda está presente.
Hay marcas que tienen repuestos, pero otras no y con eso renegamos bastante. Hoy en el mercado no hay stock de vidrios, generalmente los que usa la gente grande, los albañiles, los mecánicos, por su actividad buscan los de vidrio y no se consiguen. El orgánico blanco en varias graduaciones, las más comunes, también escasea y lo reemplazamos con el orgánico antirreflejo. En anteojos para sol, muchas marcas vienen demoradas por falta de materiales, aunque vemos que de a poco se va normalizando.
Mis hijos hacen lo mismo que yo hacía en la óptica con mi papá. Tocan todo. Me descalibran los equipos. Pero también pienso: los hijos aprenden de lo que hacen sus padres.
Quiero agradecerle a San Carlos que le dio la oportunidad a mi papá de mantener este comercio, y ahora lo hace conmigo», finalizó Juan Carlos Blanc.
Sobre la fecha en el santoral
El 13 de diciembre el catolicismo recuerda a Lucía de Siracusa, la Santa patrona de las enfermedades de los ojos y de los profesionales que trabajan para la sanación de los mismos. Es reconocida como la patrona de aquellos que sufren de ceguera y enfermedades oculares. Lucía fue acusada de ser cristiana y fue martirizada en Siracusa en el año 304 durante la persecución de Diocleciano. Lucía había consagrado su virginidad a Dios, sin embargo, su madre, Eutiquia, le arregló matrimonio con un joven, y Lucía se negó a casarse con él y fue castigada por el gobernador Pascasio, quien ordenó a los guardias que le quitaran los ojos. Esta es la razón por la cual esta santa es la patrona de las enfermedades oculares. Cuando su cuerpo estaba preparado para ser enterrado, se descubrió que sus ojos habían sido milagrosamente restaurados. En las pinturas, Lucía es mostrada con los ojos en un plato dorado y también sosteniendo la rama de palma, que simboliza el martirio y la victoria sobre el mal.