En nuestra búsqueda constante de dar con aquellas historias que rompan con lo meramente informativo y nos muestren más allá, dialogamos con Sergio Maidana. Él tiene un problema visual grave desde hace un año, producto de la diabetes. En esta entrevista narra cómo fue perder, poco a poco, uno de los sentidos y convivir con una discapacidad.
«Veo un 30% aproximadamente. Por suerte ahora, usando mi bastón verde, puedo manejarme solo en la vía pública. Hace un tiempo estaba completamente ciego y ni eso podia hacer. Pero después de varias intervenciones quirúrgicas recuperé algo de visión del ojo derecho».
Sobre el acompañamiento de la gente, Sergio explicó que las personas son solidarias y lo ayudan siempre. «Me tuve que acostumbrar a los ruidos, para saber si algo está cerca o lejos. Tuve que agudizar el oído. Pero hubo un momento cuando estaba completamente ciego que pensé que se me terminaba el mundo, hasta llegué a decir que no quería vivir más», recordó.
Sergio gozó de visión durante toda su vida pero, producto de la diabetes, la fue perdiendo. «No puedo hacer nada, ni fuerza, ni agacharme, nada. Porque sino, pierdo lo poco que veo en el otro ojo. Yo no solía hacer caso a los controles medicos y acá estoy. El mensaje para todos es que le den importancia a su salud», reflexionó.
Dentro de las cosas que más extraña ver o hacer mencionó ir a la cancha, ya que era una actividad que hacía a menudo. «En casa de Tía Margarita me ayudaron mucho. Yo no quería saber más nada. Cuando me pasó esto estaba manejando, de un día para el otro dejé de ver. Fue terrible, pero poco a poco aprendí a manejarme solo otra vez».
