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Un relato para esperar la Navidad

Por Marisa Prina

En vísperas de Nochebuena, tiene la palabra en este espacio a la Sra. Marta Casalegno de Gosso, escritora sancarlina de extensa trayectoria en el ámbito de las letras. Ha sido integrante del Taller Literario «Hugo Nicola», bajo la guía de Carlos Catania, miembro de la comisión de la Biblioteca Pública Centro Rivadavia y narradora oral en múltiples ocasiones, deleitando a niños y adultos en las instituciones educativas donde fue invitada. Y en esta oportunidad, aceptó la invitación a compartir con los lectores de La Voz de la Región un relato de Navidad. Nuestro agradecimiento por su mensaje, cargado de nostalgia y de esperanza.

Volver a nacer…, de Marta Casalegno de Gosso

Los brazos ansiosos de la niña se extendieron para aferrar la muñeca y sus ojos se reflejaron en aquellos otros que la miraban fijamente diciéndole: Soy tuya. Después, solo después de apretarla, como a toda posesión anhelada, admiró su vestido con volados de un tul celeste cielo así como cuando el celeste del cielo solo le da cabida al sol. Luego la recostó ¡¡¡cerraba los ojos!!! Largas pestañas negras se pegaban a los rosados cachetes, tal cual fue el pedido a ese Niño todopoderoso que nacía para cumplir con su deseo una vez más. ¡Feliz Navidad! se oía repetir. ¡Feliz la niña! con la muñeca cuya mirada se encendía o se apagaba para descansar dejando que el arrullo amoroso la mimara.

Y la muñeca fue cumpliendo años junto a la niña y los años de la niña fueron trayendo otros deseos. La vida y el tiempo se encargaron de mostrarle lo afortunada que había sido en la fecha mágica de los diciembres infantiles y eso la hizo agradecida. La vida y el tiempo le mostraron tristezas y ausencias y eso la hizo fuerte. Hoy ella sabe que en cada Navidad ese Niño vuelve a nacer irrumpiendo con luces brillantes, adornos multicolores, cánticos alegres, encuentros festivos, y que todo eso obliga a abrir los ojos bien grandes pero también sabe que al cerrarlos puede ver realidades no tan felices. Sin embargo, cada diciembre enciende esa Esperanza, esa Fe que solo un Niño todopoderoso puede lograr naciendo una y otra vez, manifestando que el milagro es posible siempre y cuando entendamos que Él nos necesita, que también debemos ser parte del prodigio del dar y el darnos felicidad.

Imagen: «Niña con una muñeca», de Ignacio Pinazo Camarlench, pintor español impresionista. Museo Nacional del Prado

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